en una época en la que más de 9.000 talleres manuales -en su mayoría pequeños- producían cuchillería en Solingen y establecían la reputación mundial de los cuchillos de Solingen. Desde el principio, los cuchillos Güde se forjaban en una sola pieza de acero, se afilaban a mano, se les ponía el mango y se afilaban a mano, por lo que siempre han estado entre los productos Solingen de mayor calidad.